Haruki Murakami: Tres cosas que todo novelista serio debe tener

Haruki Murakami es uno de los novelistas más importantes de estos tiempos según The Guardian. Además de ser escritor, también es traductor y deportista. Criticado frecuentemente por la temática de sus novelas. Ha recibido numerosos premios, entre ellos el Noma, el Tanizaki, el Yomiuri, el Franz Kafka o el Jerusalem Prize. En España, ha merecido el Premio Arcebispo Juan de San Clemente, la Orden de las Artes y las Letras, concedida por el Gobierno español, y el Premio Internacional Cataluña 2011.



Admirablemente prolífico, escribiendo aproximadamente 3-4 novelas por década desde su primera en 1979, y algunas colecciones de cuentos y ensayos, Murakami
empezó a escribir un poco tarde en la vida a los 30 años, y para correr incluso más tarde a los 33 años. Este último ejercicio le dio una gran cantidad de material para su colección de ensayos.


Al igual que otros autores que escriben piezas de no ficción, Murakami no puede dejar de convertir su pasión para la aptitud en una metáfora de la lectura y la escritura. No es de extrañar entonces que, para Murakami, el acto de correr y el acto de la creación están inextricablemente unidos. Sus experiencias atléticas han impactado su práctica de la escritura, y viceversa. Para Murakami, el proceso creativo es un deporte. A continuación les traemos 3 aspectos que este gran personaje piensa que todo buen novelista (y corredor) debe tener.



Talento 

Murakami enmarca el talento como un atributo que no se puede enseñar o ser comprado. Para el escritor, el talento es:

"más un requisito previo que una cualidad necesaria [...] No importa el gran entusiasmo y esfuerzo que ponen en la escritura, si carecen totalmente de talento literario puede olvidarse de ser un novelista."
Uno piensa que esto debe ser evidente, pero por alguna razón, parece que mucha gente piensa que el convertirse en un gran escritor en la vida es algo que se puede llega a ser. Tal vez esta es la razón por Murakami hace una analogía con la música como una actividad en la que, idealmente, la aptitud natural es indispensable. Pero al mencionar a dos de sus compositores favoritos, Schubert y Mozart, Murakami convierte este punto diciendo que estos son ejemplos de artistas "cuyo genio salió en un resplandor de gloria." Él se apresura a señalar que "para la gran mayoría de nosotros este no es el modelo que seguimos." ya que tanto el novelista como el corredor,  se podría decir, debe entrenar y mejorar.




Enfoque

Murakami es corredor, y una de sus reflexiones es, "si no es un loco [...] un hombre muy centrado." Uno tendría que serlo para terminar 27 maratones, incluyendo las monstruosas 62 millas en Hokkaido, y varios triatlones. Las cualidades que le sirven en su disciplina física son también los que él identifica como necesarios en un novelista.

Murakami define el enfoque como:

"la capacidad de concentrar todos sus talentos limitados en lo que sea de vital importancia es ese momento. Sin eso no se puede lograr cualquier cosa de valor."
Él en general se concentra en el trabajo durante tres o cuatro horas cada mañana.
 "Me siento en mi escritorio y me concentro totalmente en lo que estoy escribiendo. No veo nada más, no creo en nada más. Puedo contarles memorias de cuando corro, largas descripciones de los programas de entrenamiento y dieta, pero cuando se trata de escribir, parece que hay una manera abrumadoramente singular de hacerlo. Soló sentarse y hacerlo."



Resistencia 

¿Te consideras más un velocista? Tal vez esto se apegue a las historias cortas.

"Si te concentras en la escritura de tres o cuatro horas al día y te sientes cansado después de una semana de esto, no vas a ser capaz de escribir un trabajo largo."
Lo que se necesita de un es escritor de ficción, por lo menos de uno que espera escribir una novela, es la energía para enfocarse todos los días durante seis meses, o un año, o dos años. Afortunadamente, estas dos disciplinas concentración y resistencia son diferentes del talento, ya que pueden ser adquiridas y afiladas a través de la formación.

El acto de adquisición, se parece mucho a la formación de los músculos. Esto implica el mismo proceso como trotar todos los días para fortalecer sus músculos y desarrollar el físico de un corredor.

Para extender toda esta analogía, puede ser comparada con el raro deseo se llega a probar una nueva rutina desafiante, un impulso que se desvanece muy rápidamente una vez que las cosas se ponen dolorosas y aburridas. Pero en la escritura, Murakami sugiere, que a veces es suficiente con demostrarlo.

Él se refiere a la disciplina de Raymond Chandler, quien aseguro "que se sentó en su escritorio todos los días y se concentró" incluso si él no escribía una sola palabra. Es una imagen apropiada para lo que Murakami describe como la necesidad que tiene el escritor de "transmitir el objeto de su atención a todo el cuerpo." Me pregunto si no va demasiado lejos al afirmar que esta frase revela el verdadero tema del libro De qué hablo cuando hablo de correr.

Lía

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