El Intercambio. Capitulo 01.
Jueves por la mañana,
como siempre estoy sin poder abrir los ojos por quedarme ayer estudiando hasta
tarde, este curso va a matarme tarde o temprano estoy segura, aunque claro
queda menos de un mes para selectividad y toda la presión para ser aceptada en
la universidad.
Mejor dejo de pensar
en eso que me va a dar un algo de tanto estrés.
-Kassia venga baja a
desayunar o llegarás tarde! - gritaba mi madre desde el pie de la escalera,
como siempre ella tan delicada.
- Que si mamá que ya
voy..
Me vestí lo más rápido
que pude con unos vaqueros ajustados, una blusa blanca y mis converse. Al bajar
cogí lo primero que pille y me fui o si no llegaría tarde y la loca de Carol me
mataría, no sin antes aguantar el sermón de mi madre de lo importante que son
los desayunos bla bla bla.. Cansina.
-
KAAAASSIIIAAAAAA!!!!! - gritaba alguien como loco detrás de mí.
- Por dios Carol como
tienes tanta energía a las 8:15 de la mañana? - Carol es mi mejor amiga desde
el colegio, somos inseparables, claro que al entrar al instituto conocimos
también a Vero, que se ha vuelto como nuestra hermana.
- Uy hija que humor
de perros que traes siempre, te hace falta un buen meneo bueno aprovecho y os
digo que Carol es como decirlo, .la tía más bestia que he conocido nunca- como
hicimos ayer Mario y yo...- ella ponía esa cara de pervertida mientras yo me
controlaba para no ahorcarla en ese mismo instante.
- No me importa tu
vida sexual en lo más mínimo- le dije bastante hastiada ya de sus lios amorosos
con su querido Mario, un chico del que está completamente enamorada aunque ella
diga que no, que es todo físico.
- Oh claro se me
olvidaba que tú de eso no tienes- reía Carol como una esquizofrénica mientras
yo la miraba pensando que la pobre no tenía remedio, en todo eso vino Vero.
- Hola chicas!- dijo
de lo más extrañada viendo como Carol seguía riendo su broma sin fuste y yo
contaba hasta cien para no matarla por cómo nos miraba toda puerta del instituto,
si, con todo el rollo llegamos sin darme cuenta a mi querida tortura.
- Vamos Vero que no
quiero matar a nadie- miré a Carol que enseguida me sacó la lengua como una
nena pequeña.
Entramos por la
puerta (oh Kassia no me digas) y subimos hasta nuestra clase, donde Pedro, el
profesor de inglés, ya estaba anotando cosas en la pizarra. Nos sentamos al
fondo las tres juntas para poder hablar un poco en esa hora que se me hacía
eterna y no es que llevara mal el inglés, solo que se me hacia insufrible. Poco
a poco fueron entrando los demás alumnos y el profesor comenzó a pasar lista
cuando ya consideraba que habían llegado todos.
- Bueno chicos, hacer
los ejercicios que he puesto en la pizarra - dijo el profesor entra las quejas
y alumnos que resoplaban desesperados, entre ellos yo.- Por cierto os tengo que
decir que una señora llamada Carmen Sánchez organiza todos los años en un
instituto americano un intercambio con institutos de Murcia- mm esto si me
parecía interesante, sueño con ir a EE.UU y aprender el inglés allí no en una
ratonera encerrada- Primero se asignan chicos y chichas de allí a alumnos de
diferentes institutos que estén dispuesto a invitarlos a su casa y enseñarle la
cuidad, ellos a cambio os invitan a su casa en señal de agradecimiento.
- Los intercambios
pueden ser mixtos?- preguntó Miriam, una zorrita de mucho cuidado.
- En principio no, a
no ser que sea un caso excepcional- dijo el profesor un poco cansado- El caso
es que quedan 10 alumnos americanos para asignar a alguien de aquí, asi que a
quien le interese que rellene los siguientes formularios y me los entregue mañana.
- Cuánto tiempo estarán
aquí?- preguntó Jorge, un chico un poco raro pero agradable.
- Será del 20 al 26
de junio, cuando hayáis terminado vuestra selectividad.
Me levanté como una
loca a coger un papel, de verdad que me entusiasmaba la idea de poder tener a
una chica americana en mi casa, poder enseñarle mi cuidad, que practique
castellano conmigo y yo inglés con ella, llevármela de compras y sobre todo que
me invite a EE.UU, si, se que suena un poco interesado pero ir allí me encantaría.
Pasó enseguida el
resto del día y estaba deseando llegar a casa para preguntarle a mi madre que
le parecía, estaba claro que mi padre no pondría pegas, más que nada porque
nunca para por casa, siempre está haciendo viajecitos de negocios, pero bueno,
ese es otro punto.
- Mamaaaaaaaaaaaaa!?-
en el salón nada, en la cocina nada, en su dormitorio nada- ¿Dónde demonios se
ha metido esta mujer?
- Estoy aquí loca de
los peines- me dijo mi madre con una expléndida sonrisa-
Pero dime, que querías
hija.
-Pues verás- le conté
todo lo que nos había dicho el profesor.- Y bien mamá ¿qué te parece?
- Por mi perfecto
cariño, será muy bueno que practiques tu inglés, aunque me dejarás solita si te
vas allí después- me dijo con un puchero- Bueno vamos a comer loquita mía.
- Sí que me muero de
hambre!
Comí con mi madre y
me subí a mi habitación, cogí el portátil y me tiré en la cama, a ver si había
algo interesante. Así fue pasando la tarde aburrida, estudiando y haciendo
deberes, cené con mamá, me di un baño y me acosté a dormir.
A la mañana siguiente
la misma rutina, levantarme, vestirme, desayunar y esperar a la loca de Carol
para reunirnos en la puerta con Vero. Así se pasó matemáticas, biología y química
orgánica hasta que llegó inglés y le entregamos los formularios.
- Profe, cuando
sabremos si nos toca a nosotros?- pregunté al cansado profesor al que se le
notaba que estaba deseando salir de allí.
- La semana que viene
tendréis la respuesta-
Y así a lo tonto fue
pasando el día hasta poder salir de aquella cárcel, y lo mejor es que era
viernes así que quedé con Vero y Carol para tomarnos una café o si apetece unas
cervecitas, deseando que en junio me las pueda tomar con mi americana.